María Cynthia Machín
Me llamo Cynthia. Nací en 1991 al arrullo del Océano Atlántico, en la llamada Isla Bonita, la esmeralda de sus 8 joyas, las Islas Canarias.
He escuchado las olas del Atlántico cantando su canción en los acantilados durante la mayor parte de mi vida. La siento dentro de mi incluso estando lejos de la costa. Tanto es así, que creo que esa canción ha llegado a escribirse incluso en mi ADN. Como suelo decir: "es como si la llevara tatuada en mis huesos". Necesito el océano en mi vida. Donde sea que esté, si no lo veo al menos, siento que no puedo quedarme allí por mucho tiempo.
Mi infancia fue la de una pequeña sirena. Crecí cogiendo olas sobre bajas de roca volcánica en flotadores con forma de rueda, cocodrilo y delfín. Siempre tenía lápices y papel en las manos y hacía fotos con cámaras Kodak de un solo uso.
Ya en mi sexto cumpleaños, el único de mis tíos que reconoció el gen de la artista que crecía en mi, me regaló mi primera cámara de fotos e irremediablemente se convirtió en el “objeto mágico” que me acompañaría en todo momento.
En 2009, contra todas las recomendaciones de estudiar abogacía o medicina, empecé la carrera de Bellas Artes en la Universidad de Granada. Pasé de llevar mis carretes a revelar, a descubrirme a mi misma revelando mis propios carretes y mis “dibujos con luz” en las ampliadoras y tanques de químicos bañados por la tenue luz roja del cuarto oscuro. Con los conocimientos del mundo analógico, empecé en el digital y ahora incluso estoy empezando a hacer algún experimento con producciones audiovisuales. Nada fácil para mi, debo decir, pero estoy disfrutando del desafío.
Hasta 2016 aproximadamente, con mi Canon EOS 450D “cazaba” fotografía de naturaleza. Paisajes y, sobre todo, ¡delfines y ballenas! Mi cámara y yo fuimos objeto de múltiples bromas para toda suerte de animales marinos. Esconderse bajo el casco del barco para salpicarme por sorpresa era la broma estrella de los delfines. Esta fue mi pasión fotográfica hasta que, en 2017, un surfista local me invitó al que considero uno de los spots más bonitos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife y me enamoré de esta forma de vida que es el surf, hasta el punto de que ha cambiado mi propia vida y mis prioridades. No importan los madrugones o que tenga que desafiar a mis vértigos para llegar a un spot. Si puedo, allí estaré para captar a las olas y a sus riders cabalgándolas.
A día de hoy, practico la fotografía por pura pasión, desde dentro y desde fuera del agua cuando tengo oportunidad y equipo.
Mi equipo de fotografía:
- Cámara Canon EOS 80D
- Objetivos:
- Standard Canon 18-55.
- Teleobjetivo Canon 70-200.
Las cámaras acuáticas que llegan a mis manos suelen ser préstamos de los riders a los que acompaño.
No sé qué haré en el futuro. No puedo predecir qué pasará. Pero aspiraría a vivir de esto y de mi otra gran pasión: pintar tablas de surf. Si no es así, al menos espero tener tiempo y dinero suficientes para poder seguir haciendo las dos cosas porque realmente me aportan la sensación de plenitud que buscaría en el trabajo de mi vida.